Querido diario:
Hoy, 23 de mayo del 2030, a las 23:35 de la noche, aquí estoy, preparada para contarte una nueva aventura. Aunque mi forma de relatar un diario ha cambiado desde hace unos años a ahora, pues en mi adolescencia escribía con mi puño y letra, con un bolígrafo y un papel, utensilios
olvidados ahora en nuestros días, y ahora utilizo el vídeo, me gusta contar mi día a día y de esta
forma poder ver cómo pasan los años y cómo evoluciona el mundo desde mis
recuerdos de cuando era joven, de esta manera nunca los olvido.
Esta noche estoy algo melancólica puesto que he abierto mi
caja de recuerdos, que con tanto cariño guardo, y he encontrado alguna de las
cosas que ya no se conocen en nuestros días como fotos en papel guardadas en álbumes
de cartón que yo misma elaboré, cartas que mi mejor amiga me enviaba mientras
estuve estudiando en Dublín, postales que compré en cada país que visité, un
libro de recetas que mi abuela elaboró para mi madre y que esta me regaló
cuando me independicé… Ahora todas estas cosas ya no son necesarias, pues han
sido sustituidas por las nuevas tecnologías.
Hoy he grabado otra clase para 1º de Bachillerato, en este
caso, me ha tocado explicar La celestina de
Fernando de Rojas y esta tarde he terminado de corregir los cuestionarios
online sobre las subordinadas sustantivas. La verdad es que las notas han sido
bastante positivas, igual no está tan mal esto de impartir las clases de forma virtual
pero es que todavía no me acostumbro a la forma de impartir las clases… Nada
más aprobar mi oposición y mi plaza, es decir tras conseguir mi sueño, ¡chas! Cambia
la metodología educativa y convierten las clases presenciales en clases
virtuales.
La verdad es que la comodidad es absoluta, puedo grabar mi
clase a cualquier hora de la mañana para que a medio día esté subida a la red y
tengo mucho más tiempo para disfrutar de mi vida. De esta forma el profesor nunca
es interrumpido por un alumno porque alguien esté hablando con el
compañero, llegue tarde a clase o se levante a tirar un papel. La clase se
graba entera y después cada alumno es el encargado de visualizarlo y tomar nota
de los aspectos más importantes. Esto hace que los alumnos estudien de forma
más autónoma y presten atención a aquello que les cuento pues no tienen libros
de texto que les puedan guiar.
En cuanto a la aplicación de esta metodología en los alumnos
he de decir que, sorprendentemente, también ha sido positiva. No tienen la
obligación de seguir un horario fijo pues no tienen que asistir a una clase
regularmente tan solo estar atentos a las notificaciones de cuando se publican
los vídeos y visualizarlos tomando nota de la información. Además, se ha
demostrado un aumento en la motivación de estos pues las clases se imparten de
forma más dinámica e interactiva. En cada unidad que se imparte, los alumnos deben
preparar una parte de esta, por grupos, y subir un vídeo explicándola al igual
que hace el docente, por lo tanto, ejercen la función de investigación en
Internet para documentarse y de uso del Internet y gestores de vídeo para la publicación de sus vídeos. También se crean juegos en los cuales la profesora se encarga de organizarlos y estos tienen que ir desarrollándolos hasta llegar al
final donde se encuentra la solución a algún ejercicio y además, estos asumen distintos roles dentro de dicho juego.
Como no tienen libros de texto, por cada unidad la profesora
prepara una Webquest donde se organizan las tareas y las materias y de esta
manera los alumnos organizan su temario.
En la materia que he impartido hoy he introducido otros
elementos para que la clase no resulte tan aburrida, como escenas de la adaptación
cinematográfica de la obra que se ha tratado, música medieval de fondo para que
resulte más entretenido e incluso he dramatizado alguna escena de la obra, ¡Un
poco de humor! ¿Por qué no? Sinceramente, nunca me había imaginado impartiendo
las clases de esta forma pues recuerdo que cuando realicé el Máster de
Educación nos enseñaron que las tecnologías estaban avanzando y que debíamos de
insertarlas siempre en el aula, pues en nuestra infancia no se habían
consolidado todavía y no estábamos acostumbrados, pero nunca imaginé que llegásemos
a este punto. Pero para eso está el progreso y la evolución, para mejorar las
cosas y así ha sido en el ámbito de la educación. Aunque ha sido un cambio
veloz, los docentes nos hemos acostumbrado rápido y el resultado en los alumnos
está siendo totalmente positivo.
Por hoy es todo, son las doce de la noche y mañana me toca
grabar dos clases…¡A ver qué tal salgo!
¡Buenas noches querido diario virtual!
Carla Moltó Tortosa
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