Esta letra es horrible, pero solo nos quedan las máquinas de escribir y necesito contaros esto:
Parece que hayamos vuelto a la época de mi abuela, donde no existían las fuentes de letra ni el tamaño de las mismas. No sé si os llegará pero esto es un caos. Hay facciones; parece bachiller; Lingüístas, Literatos, Matemáticos, Artistas, Veganos, Ingenieros, Músicos (o los muertos de hambre, bueno también los artistas... Como yo, o eso creo), Funcionarios (no sé mu bien cómo se llega ahí, pero si me toca, ¿qué hago si me toca?)
Mañana, en la Ceremonia de Elección, tengo que elegir cualquiera de las ocho facciones, a pesar del resultado de mi prueba. Sin embargo, una vez tomada la decisión, no me permitirán que cambie. Mi prueba... ¿Qué soy? ¿Quién soy? Sé quien era: filóloga, profesora de mi lengua, me gustaba la cerveza (pero eso ahora no existe) y me encantaba el café y el chocolate... Pero todo quedó atrás.
* Pero María: ¿Cuál ha sido tu resultado?
- ¿Cuál fue mi resultado? Literata. Y Artista. Y Funcionaria.
- No es imposible. Pero si muy poco común. Lo llaman Divergente.
* La prueba no funcionó en ti. Tienes que confiar en ti misma.
-Sí.
* Pero, también debes pensar en ti.
- Mis resultados no fueron concluyentes. ¿Qué debo hacer en la Ceremonia de Elección? Se supone que sabría qué hacer, la prueba me diría qué facción escoger. Que debía confiar en la prueba.
Mañana lo pensaré...
Mañana lo escribiré...
Esto es lo que pasa cuando en 10 años no se confía la educación a quien debería.
Bienvenidos a La Divergencia.
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